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domingo, 6 de abril de 2014

El amor es ausencia.



Dicen que amar y ser amado es hermoso, mágico y miles de cosas más en un solo sentimiento.

He escuchado que el amor es fiel, todo lo perdona, todo lo soporta...
También he escuchado que el amor no es un sentimiento, es una decisión tomada con madurez y para toda la vida (el matrimonio), que el amor nunca deja de ser... ¡En fin! Llegué a la conclusión de que «el amor es ausencia».

Cuando se habla de que el amor es fiel, no se tiene en cuenta que según la psicología, nadie es fiel, por eso de los sueños inconfesables y más; y sí, es decepcionante saberlo.

«El amor todo lo soporta».
¡Claro! Soportaría de manera gustoza los maltratos físicos, psíquicos o verbales que me ofrece mi novio/esposo. Todo por amor, ¿no?
Increíblemente, hay personas (mujeres y hombres) que son víctimas de estos hechos y sí, lo soportan. No quiero decir que lo hagan por amor... Creo que lo hacen por un problema de codependencia, autoestima o simple costumbre.

El enamoramiento es esa fase en la que una pareja siente la pasión casi incontrolable de querer estar juntos por el resto de sus vidas y amarse por encima de cualquier circunstancia.
Luego vemos que al pasar de los meses, a veces años, no es la misma emoción que sentían al comienzo de la relación, esa pasión que antes existía, ha menguado.

La versión a la que otorgo mayor credibilidad, sobre el amor, es esa: «El amor es ausencia».

Un gran amigo me dijo un día: «El verdadero amor es aquel que no es correspondido». Luego de pensarlo mucho, leer esa frase en mi mente una y otra vez, me di cuenta de que, irónicamente, tiene cierto grado de veracidad.

Deseamos, anhelamos y daríamos lo que fuera con tal de tener aquello que solo nos brinda su ausencia. Llámenlo capricho, amor o como sea, todo lleva a lo mismo; estamos enamorados de eso -u obsesionados-.
Cuando algo se nos muestra inalcanzable, más nos aferramos al deseo de poseerlo, cuando lo obtenemos, ya no le atribuímos mayor importancia, precisamente porque es nuestro; pero aquello que no tenemos, es justo lo que deseamos y mientras no esté a nuestro alcance, seguiremos amarrados a él.

Cuando en la pareja, la etapa de esa hermosa ilusión pasa, se acostumbran a estar juntos y dejan los detalles del comienzo a un lado, pero cuando ocurre la ruptura, vemos que sufren por la ausencia del otro.

Quizá en eso se basa el famoso enigma.

El amor es un vacío, un «nada, ausencia». Quizá es mucho más simple: no existe.