Provocaré infinitas sonrisas, drenaré cada lágrima y escribiré mis pensamientos. Mi mundo, mi espacio, mi rareza. ¡Estás invitado!
domingo, 20 de abril de 2014
En la gama, un oscuro color.
En algún momento de nuestras vidas, tarde o temprano, comenzamos a experimentar circunstancias y sentimientos que ni siquiera habíamos imaginado.
Casi siempre creemos estar a salvo de las desgracias que vemos vivir a otros; es cierto, no siempre nos sucede lo mismo que a otros, a veces nos suceden cosas peores o no tan graves. En fin...
Ahora empiezo a entender la razón por la que nos enfermamos mentalmente, llenándonos de odio y dañando solo nuestro interior.
Empiezo a experimentar lo que significa crecer, ser adulto, y duele... Duele ver como pierdo amores y amigos; se van de la misma forma que llegaron, de manera fugaz.
Realmente a nadie le importa si sufres en silencio, es muy fácil engañarlos a todos con una sonrisa falsa.
Sabes que estás creciendo, en el momento en el que descubres que aún tú mismo te das asco y lástima.
Entiendes que dejaste de ser niño, cuando las responsabilidades de tus (antes llamadas) travesuras, ya no son competencia de mamá. Ahora son mucho más que simplezas como partir un vidrio, jugar en el patio del vecino y cosas parecidas, y pesan sobre tus propios hombros.
En esos momentos ves, pero no miras, oyes, pero no escuchas. Da igual lo que ocurra a tu alrededor, tu solo estás «viviendo sin vivir».
Ahora extrañamos esas pequeñas cosas de las que nos quejabamos de pequeños, ¡ojalá ese fuera el problema!
Necesitamos recuperar al niño que una vez fuimos, ese niño que solo quería crecer, salir y ser independiente, ahora quiere volver a dibujar, dormir y que todo sea exactamente como solía ser.
miércoles, 16 de abril de 2014
Sí puedes dar certeza.
La mente de cada persona es un mundo en el que ésta viqueve historias maravillosas de aventura, romance, adrenalina y cualquier cantidad de escenários; sin embargo, lo que pensamos puede también jugarnos en contra.
El ser humano debería considerar preocuparse más por cuidar «qué está pensando» a tratar de entender o saber «qué están pensando los demás».
No hay algo peor que tus propias limitaciones.
Cuando vemos grandes logros en determinada persona, es porque ese individuo soñó, luchó, sufrió y no perdió el norte.
Si eres de los que dice: «No pienso en familia, porque quizá en mi relación alguno de los dos tenga problemas de esterilidad; no puedo dar certeza de nada. Tampoco pienso que mi actual pareja, será mi esposo/a, porque es posible que en algún momento terminemos; no puedo dar certeza de nada»; dejame decirte que si no logras grandes cosas, será porque «TÚ» no quieres.
¿Acaso Platón pensó así?
Estoy segura de que si él hubiese pensado: «No diré nada, porque nadie me dará importancia y me tildarán de loco. No puedo dar certeza de nada, mejor soy una persona más del bulto que conforma el mundo»; no habría sido un filósofo reconocido que quedó para la historia.
Cada persona exitosa, reconocida mundialmente o no, obtuvo lo que quería porque lo visualizó, lo soñó, se lo planteó y lo llevó a cabo, a pesar de que muchísimas personas le dijeran que estaba loco y no lo lograría.
Si te convences de que «no puedes dar certeza de nada» , desde ya te estás condenando a no llegar lejos.
Está bien tener los pies sobre la tierra y ser realista, pero la realidad es que «nada es imposible», todo lo que quieras, lo puedes lograr.
Es muy importante soñar, desear cosas difíciles.
Todos necesitamos creer que algo extraordinario (fuera de lo ordinario/común, no quiere decir que sea bueno) va a sucedernos.
Es fatal vivir sin planes a futuro, ¡qué aburrido!
Mejor dicho, la gente que vive de esa manera, ¿para qué vive?
No debes permitirte el daño de autolimitarte.
Si Beethoven pudo ser grande en la música, tu también puedes ser grande en lo que desees; él no tenía poderes, ni padrinos mágicos, solo creyó en sí mismo, en que podía hacerlo y lo logró.
¿Que eres demasiado joven? ¡Genial! Hay fuerza, tiempo y energía en tí, podrás llevar a cabo «cualquier plan».
¿Que tienes hijos? ¡Maravilloso! Puedes enseñarles desde pequeños a luchar por lo que quieren y creen, por muy difícil que parezca.
¿Que eres mayor? ¡No hay problema! También mereces tener esperanzas y sueños, esas cosas provocarán una alegría enorme.
¡Ánimo! Siempre es un buen momento para comenzar.
martes, 8 de abril de 2014
No mueras sin vivir.
No siempre se aprenden lecciones de la manera más sana y menos dolorosa, y es que hay personas que nacimos siendo tercas y moriremos así. Es como si nos encantara meternos en problemas; en realidad, es que decidimos vivir de acuerdo a «experiencias propias», aunque nos adviertan miles de veces. Solo tenemos la necesidad de explorar el mundo, sentir, palpar...
No importa cuantas veces nos digan que es peligroso o lo que sea; parece que mientras más se nos advierte, nos entran más ganas de descubrir «qué pasaría si...».
Debo reconocerlo, soy de esas personas que se sienten increíblemente atraídas por lo prohibido.
Entiendo que hay cosas con las que se debe ser cuidadoso, pero también tengo muy claro que la vida es sumamente corta como para vivirla por vivir, según las experiencias y advertencias de los que fracasaron al hacer tal cosa.
Hay gente que vive de restricciones, se autolimitan; gente que camina diariamente dentro de lo rutinario, como muertos andantes, sin darse cuenta de que están desperdiciando miles de momentos, encuentros... ¡Gran parte de su vida!
Si resbalas y caes en el lodo, puedes elegir jugar con él.
¡Corre bajo la lluvia si así lo deseas! El resfriado valdrá la pena si en tu memoria queda ese hermoso recuerdo.
¡Juega con arena, ríe, sueña sin importar cuán imposible parezca! ¡Ensúciate!
¡VIVE!
Siempre veremos el típico caso del joven frustrado, porque odia su carrera, pero su padre quería tener un hijo ingeniero. También está la chica que sueña con ser cantante y se cohíbe al pensar demasiado en lo que los demás esperan de ella.
Si unos zapatos te incomodan y te lastiman, bótalos. Aunque el planeta entero, te diga que te quedan preciosos, sólo tú sabes lo fatal que es llevarlos puestos.
No permitas que el miedo a fracasar, te maneje.
No permitas que la sociedad reprima tus sueños, deseos y planes; ellos no van a sentir contigo la infelicidad de haber dejado ir una oportunidad.
Es tu vida, tu felicidad, por lo tanto, depende de tí.
No te vayas de este mundo, sin antes haber reído, llorado, amado, sufrido, triunfado o fracasado intensamente.
«No te vayas de este mundo, sin antes haber vivido».
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domingo, 6 de abril de 2014
El amor es ausencia.
Dicen que amar y ser amado es hermoso, mágico y miles de cosas más en un solo sentimiento.
He escuchado que el amor es fiel, todo lo perdona, todo lo soporta...
También he escuchado que el amor no es un sentimiento, es una decisión tomada con madurez y para toda la vida (el matrimonio), que el amor nunca deja de ser... ¡En fin! Llegué a la conclusión de que «el amor es ausencia».
Cuando se habla de que el amor es fiel, no se tiene en cuenta que según la psicología, nadie es fiel, por eso de los sueños inconfesables y más; y sí, es decepcionante saberlo.
«El amor todo lo soporta».
¡Claro! Soportaría de manera gustoza los maltratos físicos, psíquicos o verbales que me ofrece mi novio/esposo. Todo por amor, ¿no?
Increíblemente, hay personas (mujeres y hombres) que son víctimas de estos hechos y sí, lo soportan. No quiero decir que lo hagan por amor... Creo que lo hacen por un problema de codependencia, autoestima o simple costumbre.
El enamoramiento es esa fase en la que una pareja siente la pasión casi incontrolable de querer estar juntos por el resto de sus vidas y amarse por encima de cualquier circunstancia.
Luego vemos que al pasar de los meses, a veces años, no es la misma emoción que sentían al comienzo de la relación, esa pasión que antes existía, ha menguado.
La versión a la que otorgo mayor credibilidad, sobre el amor, es esa: «El amor es ausencia».
Un gran amigo me dijo un día: «El verdadero amor es aquel que no es correspondido». Luego de pensarlo mucho, leer esa frase en mi mente una y otra vez, me di cuenta de que, irónicamente, tiene cierto grado de veracidad.
Deseamos, anhelamos y daríamos lo que fuera con tal de tener aquello que solo nos brinda su ausencia. Llámenlo capricho, amor o como sea, todo lleva a lo mismo; estamos enamorados de eso -u obsesionados-.
Cuando algo se nos muestra inalcanzable, más nos aferramos al deseo de poseerlo, cuando lo obtenemos, ya no le atribuímos mayor importancia, precisamente porque es nuestro; pero aquello que no tenemos, es justo lo que deseamos y mientras no esté a nuestro alcance, seguiremos amarrados a él.
Cuando en la pareja, la etapa de esa hermosa ilusión pasa, se acostumbran a estar juntos y dejan los detalles del comienzo a un lado, pero cuando ocurre la ruptura, vemos que sufren por la ausencia del otro.
Quizá en eso se basa el famoso enigma.
El amor es un vacío, un «nada, ausencia». Quizá es mucho más simple: no existe.
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viernes, 4 de abril de 2014
Dejar ir lo debido.
Tuvo sus causas y sus consecuencias, ¡bien! ¿Qué se pretende hacer? ¿Pensar día y noche en lo que pudo haber sido si la elección hubiese sido otra?
La mejor decisión en ese caso sería dejar ir las cosas viejas y ocuparse por lo que está ocurriendo, no por lo que ocurrió, ni por lo que va a ocurrir.
Cada día trae su propio afán; cada día está formado por pequeñas y/o grandes decisiones.
Tomar agua, por ejemplo, es una decisión.
Si me levanto a tomar agua, puedo resbalar, caer y fracturarme un hueso, pero también puede que sencillamente me sirva un vaso de agua.
Si no me levanto a tomar agua, tendré la desesperante sensación de sed, podría deshidratarme y terminar en un hospital con agujas en el cuerpo.
El punto es que «debo tomar una decisión».
Ahora, imaginemos que elijo ir a servirme un vaso de agua y el resultado sea el primer escenario. No puedo quedarme todo un mes llorando y recordando que no debí haberme levantado, porque... ¡ya pasó! Es un hecho que no puedo modificar, la fractura está ahí. Solo queda esperar el tiempo necesario para estar completamente sana y cuidar por donde camino. De la misma manera ocurre con los grandes problemas que nos quitan el sueño. Si te equivocas, solo queda sacudirte, levantarte y continuar. De eso se trata, de «VIVIR».
Es maravilloso cuando los que aprecian al protagonista del tema, se preocupan y buscan ayudar; muchas veces esa ayuda consiste en un llamado a la reflexión que mantenga sus pies sobre la tierra. La parte no tan agradable es en la que el entorno solo sabe recordarle su error en modo de reproche. Aprendes a vivir con el pasado de tu compañero o te apartas de él, no seas un elemento destructivo que impida su avance emocional.
Siempre existe el deseo de estar de nuevo en ese momento y decidir correctamente, es totalmente normal, pero procura que tu vida no se base en un constante «Si hubiese sido de otra manera...», porque el «hubiese» no es válido, no pasó de ese modo y punto.
Alguien me enseñó que lo único que no tiene solución, es la muerte. ¡Ciertamente!
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